Las críticas que caen sobre la medicina alternativa pecan de redundantes y todas aducen el mismo argumento: la ausencia de comprobación científica en torno a sus terapias.
Obviamente, el alma mater de gran parte de las terapias alternativas poco tienen que ver con la ciencia, pues algunas tales como el reiki, la cromoterapia, la gemoterapia, las derivadas del concepto de energía de la sabiduría oriental, son realmente incontrastables científicamente, y por ello abordarlas desde un punto de vista científico es sencillamente querer explicar la lógica del inglés desde el punto de vista del catalán , por ejemplo.
Sin embargo, Suiza ha dado la nota en estos días, al convertirse en el primer país europeo en reconocer la medicina alternativa en su constitución, con una legislación recientemente aprobada que ordena a los centros médicos gubernamentales a brindar tratamientos complementarios y además a incluir carreras asociadas a esta área en sus universidades.
En cuanto al resto, decir que carecen de contrastación científica es una lisa y llama mentira, y basta ojear los archivos de este blog para comprobarlo. Sea como sea y a pesar de esta breve digresión, la medicina alternativa cuenta con muchos adeptos en el mundo, y los pacientes recurren a ella por una multiplicidad de causas y enfermedades. A continuación hacemos un breve repaso por ellas.
La causa principal de las consultas es el dolor de espalda, con un 16.8% de consultas registradas, seguidas por el dolor de cabeza con un 9.5% y por las contracturas de cuello con un 6.6% de las consultas totales.
Problemas como dolores articulatorios, ansiedad y depresión, gota, artritis, lupus, fibromialgia, sinusitis, insomnio, colesterol, asma, alta presión sanguínea, problemas digestivos o menopausia también integran la lista, aunque con porcentajes menos significativos.
Fuente
La otra medicina
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