Todos lo medicamentos son absorbidos en el tubo digestivo y se distribuyen por todo el organismo, incluida la leche materna. En la mayoría de los casos, la cantidad que se excreta por la leche de la madre lo hace en cantidades tan ínfimas que no son peligrosas. No obstante, hay excepciones, como algunos antibióticos como el cloranfenicol, el metronidazol y la tetraciclina.
La cantidad de fármacos que se excreten, sin embargo, depende de muchos factores; por este motivo es recomendable consultar cada caso en particular con el especialista y evitar la automedicación. Incluso hay que tener precaución con los medicamentos tópicos, que se absorben por la piel y que también pueden llegar a la leche materna o al lactante, directamente de las manos de la madre o de la piel del pezón, si se aplican en esta zona.
La cantidad de fármacos que se excreten, sin embargo, depende de muchos factores; por este motivo es recomendable consultar cada caso en particular con el especialista y evitar la automedicación. Incluso hay que tener precaución con los medicamentos tópicos, que se absorben por la piel y que también pueden llegar a la leche materna o al lactante, directamente de las manos de la madre o de la piel del pezón, si se aplican en esta zona.
En cuanto a los fármacos para tratar la hipertensión, una publicación de la Sociedad Española de Hipertensión - Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA) apunta que, aunque los estudios realizados con los antihipertensivos y la lactancia son limitados, la decisión de establecer un tratamiento dependerá de la gravedad del cuadro. Los antihipertensivos como metildopa, hidralazina, captoprilo y enalaprilo, y el labetalol tienen una concentración en la leche materna insuficiente para ser considerada peligrosa.
Fuente
Consumer.es
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